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En la Argentina -dice Félix Weinberg en las páginas introductorias de este libro- existe una tradición utopista. "Ella comienza con la generación de 1837, en cuya conformación gravitaron Saint Simon y los prin- cipales exponentes del romanticismo social; más adelan- te aparecen algunos seguidores de Fourier. Después de Caseros se reedita en Buenos Aires una obra de Cabet, y en el periodismo de la época se advierten huellas de Proudhon. A su turno se registran ecos de la prédica de algunos protagonistas de la Comuna."\n\nWeinberg se ocupa de dos obras posteriores, de comien- zos del presente siglo -Buenos Aires en 1950 bajo el régi- men socialista, de Julio O. Dittrich, y La ciudad anarquis- ta americana, de Pierre Quiroule-, a las que considera "un capítulo novedoso de la historia de las ideas en la Ar- gentina", pues "expresan a través de su muy singular ca- rácter las consecuencias del proceso de cambio abierto hacia 1880: inmigración europea masiva, crecimiento in- dustrial, formación de la clase trabajadora..." La claridad con que pone de relieve el nexo existente entre historia de las ideas e historia social constituye quizás uno de los principales méritos de un libro que, por lo demás, echa luz sobre una vertiente muy poco conocida del pensa- miento de la época.
En la Argentina -dice Félix Weinberg en las páginas introductorias de este libro- existe una tradición utopista. "Ella comienza con la generación de 1837, en cuya conformación gravitaron Saint Simon y los prin- cipales exponentes del romanticismo social; más adelan- te aparecen algunos seguidores de Fourier. Después de Caseros se reedita en Buenos Aires una obra de Cabet, y en el periodismo de la época se advierten huellas de Proudhon. A su turno se registran ecos de la prédica de algunos protagonistas de la Comuna."\n\nWeinberg se ocupa de dos obras posteriores, de comien- zos del presente siglo -Buenos Aires en 1950 bajo el régi- men socialista, de Julio O. Dittrich, y La ciudad anarquis- ta americana, de Pierre Quiroule-, a las que considera "un capítulo novedoso de la historia de las ideas en la Ar- gentina", pues "expresan a través de su muy singular ca- rácter las consecuencias del proceso de cambio abierto hacia 1880: inmigración europea masiva, crecimiento in- dustrial, formación de la clase trabajadora..." La claridad con que pone de relieve el nexo existente entre historia de las ideas e historia social constituye quizás uno de los principales méritos de un libro que, por lo demás, echa luz sobre una vertiente muy poco conocida del pensa- miento de la época.