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La Gaya Ciencia (1882) es una obra en la que hay regocijo, júbilo y alegria desbordante. No hay duda respecto a ello. Pero no se debe ser ingenuo, porque fueron expresiones fortalecidas en la profunda experiencia del dolor. La Gaya Ciencia es un compendio de todo el Nietzsche librepensador. A partir de la idea liberadora de que la vida ha dejado de ser una fatidica obligación, para convertirse en un experimento de la libertad del que conoce, se interna con alegría y ligereza en los terrenos pantanosos de la ciencia, la moral y la religión para sacar a la luz su significado desde la claridad de un conocimiento que ha arrinconado la seriedad. La Gaya Ciencia constituye lo que Friedrich Nietzsche considera el sentimiento de la victoria espiritual contra la tirania del mal. Construido en forma de pensamientos y aforismos repartidos en cinco libros, la última meta que nos propone el pensador, mezclando profundidad, maldad y ternura, es la de aceptar la vida en su totalidad, aprendiendo a no rechazar nada, nunca; ni siquiera el dolor.
La Gaya Ciencia (1882) es una obra en la que hay regocijo, júbilo y alegria desbordante. No hay duda respecto a ello. Pero no se debe ser ingenuo, porque fueron expresiones fortalecidas en la profunda experiencia del dolor. La Gaya Ciencia es un compendio de todo el Nietzsche librepensador. A partir de la idea liberadora de que la vida ha dejado de ser una fatidica obligación, para convertirse en un experimento de la libertad del que conoce, se interna con alegría y ligereza en los terrenos pantanosos de la ciencia, la moral y la religión para sacar a la luz su significado desde la claridad de un conocimiento que ha arrinconado la seriedad. La Gaya Ciencia constituye lo que Friedrich Nietzsche considera el sentimiento de la victoria espiritual contra la tirania del mal. Construido en forma de pensamientos y aforismos repartidos en cinco libros, la última meta que nos propone el pensador, mezclando profundidad, maldad y ternura, es la de aceptar la vida en su totalidad, aprendiendo a no rechazar nada, nunca; ni siquiera el dolor.