Este libro de Benito Marianetti, que ha enriquecido la literatura sobre la problemática argentina con varios títulos, el último de los cuales, Argentina, realidad y perspectivas, que editara nuestro sello, constituyó un éxito inusitado ya que en pocos meses se agotó una edición muy superior a las habituales, encara un problema que pese a su carácter local, circunscripto especialmente a las provincias andinas, adquiere por su importancia interés nacional. Benito Marianetti ha dado a su libro sobre el problema vitivinícola un título poético, El racimo y su aventura. Se justifica, ya que la belleza de su provincia en la época en que maduran las uvas constituye un espectáculo maravilloso. Pero, además de esta belleza, miles y miles de hombres y mujeres trabajan en el cuidado de los viñedos, en la recolección de los frutos, en la preparación del vino, en su fraccionamiento y su distribución. El autor hace notar en el prólogo que el país argentino no puede ser concebido como una suma de parcialidades. La economía de la zona cuyana y especialmente su producción vitivinícola, que ocupa una gran masa de trabajadores y de productores, no es un problema local, es un problema de importancia nacional que debe ser conocido, por lo tanto, en todo el país. Tal la finalidad de este libro
Este libro de Benito Marianetti, que ha enriquecido la literatura sobre la problemática argentina con varios títulos, el último de los cuales, Argentina, realidad y perspectivas, que editara nuestro sello, constituyó un éxito inusitado ya que en pocos meses se agotó una edición muy superior a las habituales, encara un problema que pese a su carácter local, circunscripto especialmente a las provincias andinas, adquiere por su importancia interés nacional. Benito Marianetti ha dado a su libro sobre el problema vitivinícola un título poético, El racimo y su aventura. Se justifica, ya que la belleza de su provincia en la época en que maduran las uvas constituye un espectáculo maravilloso. Pero, además de esta belleza, miles y miles de hombres y mujeres trabajan en el cuidado de los viñedos, en la recolección de los frutos, en la preparación del vino, en su fraccionamiento y su distribución. El autor hace notar en el prólogo que el país argentino no puede ser concebido como una suma de parcialidades. La economía de la zona cuyana y especialmente su producción vitivinícola, que ocupa una gran masa de trabajadores y de productores, no es un problema local, es un problema de importancia nacional que debe ser conocido, por lo tanto, en todo el país. Tal la finalidad de este libro