Terry es una joven observadora de aves que pertenece a una familia de religión mormona muy observante de sus tradiciones. Ella narra periódicamente, a modo de crónica, los acontecimientos climáticos que inciden en el lugar. El nivel de agua del lago aumenta de forma desproporcionada y las inundaciones amenazan el refugio de las aves migratorias del río Bear y otras numerosas especies como flamencos, búhos o garzas. Mientras se produce este fenómeno, un duro suceso sacude a los Tempest, ya que a la madre de Terry le diagnostican un cáncer, con toda probabilidad como consecuencia de las radiaciones ocasionadas por las pruebas nucleares realizadas allí durante la década de los cincuenta.

El libro entrelaza un doble hilo en torno a dos desastres: la degradación ecológica del lugar y la angustia que acompaña la enfermedad que afecta, de una u otra forma, a las mujeres de la familia, todas ellas valientes y luchadoras, y a quienes se otorga casi todo el protagonismo. Con la verosimilitud que presta lo vivido y mediante una prosa sobria y eficaz, la autora presenta una historia cargada de dramatismo con momentos de intensa emoción que reflejan las distintas reacciones ante el dolor, a la vez que dedica mucho espacio narrativo a describir el espectacular paisaje de humedales donde viven pájaros de numerosos tipos, una deslumbrante naturaleza en la que los personajes están absolutamente inmersos y con la que se identifican casi de un modo espiritual, ya que consideran la belleza como elemento salvador de sus vidas.

Con un peculiar tratamiento de las temáticas que se abordan, el libro crece en interés y amenidad conforme avanza. Refugio está considerada como una de las obras clave de la literatura ecologista del siglo XX