La situación en general de la guerra y de la vida civil, el Consejo de Regencia, los movimientos políticos, las derivas y circunstancias de por qué España acabó envuelta en una guerra con el francés y aliado con su hasta hace poco enemigo inglés. La ambientación y la rigurosidad de los hechos históricos que se narran es de una gran profundidad. Todo es un recorrido histórico, que se nota muy estudiado y documentado, que se palpa y se traslada al lector. Hay otros libros, otras aventuras de toda índole clasificadas como históricas simplemente por el hecho de estar ambientadas en un “espacio-tiempo” determinado, pero poco más. Con la Saga Marinera Española os aseguro que además de pasarlo muy bien se aprende historia. Con todo este repaso histórico de la época, lo que más mal sabor de boca deja, sobre todo para los amantes a la Marina y a la Armada Española es precisamente el estado en que se encontraba ésta. Todavía con el reflejo del desastre de Traflagar, nos encontramos con la más aboluta de las necesidades y en total abandono, con los buques con falta de todo tipo de mateiral, del material más básico y como no, de marinería y oficiales en general para hacer navegar los barcos. Una situación lastimosa que se refleja en la novela constantemente. Así, nuestro protagonista, el capitán de navío Santiago Leñanza sigue con su Corbeta Mosca unas cuantas misiones más, misiones que son de vital importancia para el desarrollo de la guerra en tierra. Considerado ya por el Consejo de Regencia como un marino importante es tomado en cuenta para una serie de misiones que se han de cumplir como la escolta de convoys y el transporte de tropas. Todo como siempre, aderezado de acción y aventuras. He de destacar que no todo es guerra y mar, hay un componente en el libro más humano. Los conflictos internos y de personalidad, las inquietudes y miedos del protagonista, las amistades y el deber. Esto es abordado también y tiene su rincón entre la líneas del libro.