Para Gerard Pommier la cuestión del amor continúa planteando numerosos problemas teóricos que aún no han sido resueltos, por ejemplo la oposición del amor y el deseo que representa un hecho clínico que todavía espera ser elucidado. El amor conoce, hoy en día, una nueva estima en la que cesa de ser una referencia literaria y poética para devenir en una fuerte ligazón simbólica en tiempos de la posmodernidad. Es por esto, que el libro trabaja en la demostración de la dimensión simbólica del amor y por otra parte, rescata ciertos conceptos freudianos dejados de lado por algunos psicoanalistas lacanianos, como es el caso de la bisexualidad psíquica. Este concepto que no tiene nada que ver con una bisexualidad orgánica, representa para cada sujeto la línea de separación entre lo masculino y lo femenino, independientemente de su sexo orgánico, y ofrece un buen equivalente del concepto de castración.